"Las ciudades invisibles" Italo Clavino - Representación
Fragmento de libro "Las ciudades invisibles" de Italo Calvino
LAS CIUDADES SUTILES. 1
Se supone que Isaura, ciudad de los mil pozos, surge sobre un profundo lago
subterráneo. Dondequiera que los habitantes, excavando en la tierra largos agujeros
verticales, han conseguido sacar agua, hasta allí y no más lejos se ha extendido la
ciudad: su perímetro verdeante repite el de las orillas oscuras del lago sepulto, un
paisaje invisible condiciona el visible, todo lo que se mueve al sol es impelido por la
ola que bate encerrada bajo el cielo calcáreo de la roca.
En consecuencia, religiones de dos especies se dan en Isaura. Los dioses de la
ciudad, según algunos, habitan en las profundidades, en el lago negro que alimenta
las venas subterráneas. Según otros, los dioses habitan en los cubos que suben
colgados de la cuerda cuando aparecen fuera del brocal de los pozos, en las roldanas
que giran, en los cabrestantes de las norias, en las palancas de las bombas, en las
palas de los molinos de viento que suben el agua de las perforaciones, en los
andamiajes de tela metálica que encauzan el enroscarse de las sondas, en los tanques
posados en zancos sobre los techos, en los arcos delgados de los acueductos, en todas
las columnas de agua, las tuberías verticales, los sifones, los rebosaderos, subiendo
hasta las veletas que coronan las aéreas estructuras de Isaura, ciudad que se vuelve
toda hacia lo alto.
subterráneo. Dondequiera que los habitantes, excavando en la tierra largos agujeros
verticales, han conseguido sacar agua, hasta allí y no más lejos se ha extendido la
ciudad: su perímetro verdeante repite el de las orillas oscuras del lago sepulto, un
paisaje invisible condiciona el visible, todo lo que se mueve al sol es impelido por la
ola que bate encerrada bajo el cielo calcáreo de la roca.
En consecuencia, religiones de dos especies se dan en Isaura. Los dioses de la
ciudad, según algunos, habitan en las profundidades, en el lago negro que alimenta
las venas subterráneas. Según otros, los dioses habitan en los cubos que suben
colgados de la cuerda cuando aparecen fuera del brocal de los pozos, en las roldanas
que giran, en los cabrestantes de las norias, en las palancas de las bombas, en las
palas de los molinos de viento que suben el agua de las perforaciones, en los
andamiajes de tela metálica que encauzan el enroscarse de las sondas, en los tanques
posados en zancos sobre los techos, en los arcos delgados de los acueductos, en todas
las columnas de agua, las tuberías verticales, los sifones, los rebosaderos, subiendo
hasta las veletas que coronan las aéreas estructuras de Isaura, ciudad que se vuelve
toda hacia lo alto.
"Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual tratamos de salir lo mejor posible" (Italo Calvino)
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